Tras su paso en Madrid y Barcelona donde ha sumado medio millón de visitantes, aterriza en Málaga una de las exposiciones más esperada del año. Y no es para menos porque pocas son las personas que no conocen a Wharhol o que no han visto una de sus obras llenas de colores planos de Marilyn o de la Lata de Sopa Campbell. Un artista que parecería que inventó el Arte Pop aunque tras ver esta exposición da la sensación que fue el Arte Pop el que lo inventó a él.

Andy Wharhol Marilyn 1967

“El Arte Mecánico” de Andy Wharhol es ante todo una recopilación de los mejores trabajos de toda su trayectoria artística, desde sus primeras obras como diseñador de anuncios de moda hasta sus instalaciones musicales poco antes de morir. Pero no creáis que es una exposición, así de las normales con obras sobre las paredes y explicaciones muy serias y sesudas. Ante todo, el Arte Pop encarna una generación divertida, distendida y con mucha relación con la música y eso se respira en esta exposición.  Como Wharhol diseñó muchísimas portadas de discos y revistas, en la sala donde se exponen han colocado un montón de auriculares donde se escucha la música de esos discos. Incluso han creado una lista en Spotify con esa música con la que visitar la exposición cuando vas de sala en sala. Una puesta en escena museística en mi opinión fantástica y no es la única sorpresa de este tipo. Al final de la exposición hay otra locura museística de este tipo, que os contare… al final.

Sala de Música en la Exposición de Andy Wharhol

La exposición comienza con una sala llena de sus diseños para anuncios de moda tanto de ropa como perfumes o zapatos. Un buen recuerdo de que Wharhol era un diseñador gráfico más que un artista educado en bellas artes, lo que explica muchas cosas. Pero enseguida pasas de sala y aparecen sus famosas serigrafías de las latas de Sopa Campbell, de Coca Cola o de Marilyn Monroe. Serigrafías que no es más que una técnica de imprimir lo que tú quieras con varias tintas sobre tela, papel o lienzo y de las que Wharhol hacía a centenares de la misma imagen para vender. Con el limite de la técnica que solo permite con 2 o 3 tintas bastante básicas y no permite sombras ni degradados ¿Qué tiene entonces de especial? Pues que supo entender como nadie e incluso representar a una nueva generación. Una  generación que había dejado muy atrás la segunda guerra mundial y que en el New York de los años 60 estaba llena de clase media-alta, con buen poder adquisitivo, que consumía, que se divertía, que se se alejaba de la ropa convencional y de la música pastelosa de la posguerra. Aires de libertad con dolares en el bolsillo.

Campbell´s Soup Can 1962

Wharhol les ofrecía un arte fácil de entender y fácil de consumir que expresaban al mismo tiempo el consumismo. De aquí las latas de Sopa Campbell, un producto muy popular que todo el mundo compraba en el supermercado (que ahora me he dado cuenta que había de muchos sabores) y el expuso en linea todas juntas como se ven en los supermercados. Imágenes reconocibles, sencillas, muy vistosas pero que se convertían bajo sus serigrafías en verdaderos iconos de la vida moderna de esos años. Wharhol descubrió, como él mismo explicaba, que aunque seas el presidente de EEUU no te puedes comprar una coca cola mejor que la que se compra el mendigo de la esquina. Así que decidió hacer del arte lo mismo que la Coca cola, nada de arte para élites cultas si no arte para masas… y se convirtió en arte de culto.

Entrada a planta baja de «El arte mecánico» de Andy Wharhol

Pero si sabes ver hay algo mas bajo esos estridentes colores…  Wharhol creo a su Marilyn unos días después de su suicidio llenándola de vida al llenarla de color. Lanzó la serigrafía de Liz Taylor cuando estaba tan enferma que parecía iba a morir. Provocó con las obras de Mao Zedong con los labios pintados de rosa tras entrevistarse con el presidente de Estados Unidos. De lo trágico a lo formal todo se transforma bajo sus colores perdiendo la seriedad, creando una imagen bella que recordar, que poner en tu recibidor o en tu taza de café.  Y hacía copias como churros que es por lo que se llama a esta exposición el arte mecánico, porque usaba las máquinas y la industria de la serigrafía para hacer sus obras que reproducía sin parar. ¿Rechazo de la muerte? ¿de las cosas serias? ¿banalización? Más bien arte pop.

Mao Zedong (1972)

Que nadie espera la pincelada precisa, las sombras suaves o las perspectivas maestras en sus obras. Porque Wharhol es el POP, ni más ni menos, el artista que creó el arte de toda una generación. El arte que podía asumir y pagar una generación. Todo esto está en esta exposición que no se entiende sin la música de los años sesenta y setenta, que no se entiende si no has vivido la época Pop  y  la época rock y su experimentación con las luces, los videos e incluso las drogas. Andy Wharhol retrato a todos los grandes personajes de EEUU (y cercanias), desde Elvis Preysler a Muhammad Ali, desde Man Ray a Giorgio Armani. Pero también reproducía el revolver con el que sufrió un atentado que por poco le mata, la silla eléctrica, la hoz y el martillo…. todo lo que importaba en los años 60 y 70 coloreado y trasformado como si la vida fuera un cómic. Y todo esta en esta exposición.

El Arte Mecánico de Andy Wharhol

El final de la exposición como ya he anunciado es “especial” porque hay  un montaje que Wharhol creó para un Congreso de Psiquiatras y tuvo tanto éxito que  acabó haciendo con el montaje una gira por todo EEUU («Exploding Plastic Inevitable»). Se trata de un “espectáculo” que consiste en poner la música a tope, luces estrambóticas dando vueltas y decenas de imagen proyectadas en las paredes todas al mismo tiempo. Si ya se que es un poco de locos pero era un Congreso de Psiquiatras… Pero lo mejor es que en el Museo Picasso lo han montado dentro de una de sus salas tal como las montaba Wharhol. Sala que han insonorizado porque el volumen es de locura al igual que todas las paredes con videos “locos” (digo surrealistas) proyectados todos al mismo tiempo con la cara de Dali o de Mick Jagger . Hay que entender que según las crónicas esta instalación se “disfrutaba” en la época donde estaba a tope en los círculos de Wharhol el consumo de  LSD… aunque eso no lo pone en las explicaciones del Museo Picasso de Málaga.

«Exploding Plastic Inevitable» (1966)

Finalizo reconociendo un montaje museistico a la altura del personaje, rompiendo las reglas convencionales de los museos como Wharhol rompía las reglas convencionales del arte. Una exposición que es parte de la historia de nuestro tiempo, muy recomendable.

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