La primera vez que vi esta instalación me quede sobrecogido. Estaba comentando sobre algunas obras y al doblar una esquina y encontrarme con estas decenas de «personas» de aluminio arrodilladas, todas iguales y todas diferentes no pude mas que callarme. No hace falta que te la expliquen, no hace falta que te lo cuente… hay humillación y tristeza en este «Fantasma».
La obra se encuentra en el Centre Pompidou de Málaga al final del recorrido del espacio llamado «El cuerpo en pedazos» y es gigantesca contando 150 esculturas. Te la encuentras con las esculturas de espaldas y te parecen muchas personas distintas, como suplicando o rezando. Cada escultura es diferente de tamaño y unas están mas inclinadas que otras pero todas alineadas, por lo que la sensación real de muchas personas diferentes, envueltas en ropa brillante y «rezando. Pero cuando las rodeas y ves que no hay rostros, que no hay cuerpos, que están vacías de personas la sensación de tristeza o de estremecimiento es completa. Parecen efectivamente fantasmas, cuerpos sin cuerpos, decenas de ellos, de rodillas, en silencio, alienados, ausentes. Me gusta mucho, me cuenta mucho.
Esta es una obra que el escultor frances-argelino Kader Attia había realizado para el Museo Pompidour de París (y alli sigue) y que ahora ha reproducido para el museo de Málaga con la ayuda de alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la UMA. El propio autor cuenta que es una reflexión sobre la guerra y la emigración y desde luego la imagen es de muchas personas humilladas y sin rostro. Lo que mas me gusta es como han moldeado la zona de la cabeza, como un velo o una capucha que da la inclinación de la misma y que cierra en cierta forma la falta de cara. Es lo que da mas crédito a que parece una persona cuando están de espaldas y a que son personas diferentes cuando las ves de frente aunque no tengan rostro.
Hay obras que debes ver en directo pues ni las fotografías ni las referencias escritas te impactan como la realidad y esta es sin duda una de ellas. Esta es una obra muy grande que según donde te pongas tiene muchas perceptivas diferentes. Y desde luego fabricar muchas personas iguales y de rodillas es una buena imagen de los refugiados o de las guerras (incluso de algunas formas de ver la religión) que te roban la personalidad y hasta el alma. Una increíble forma de expresar esas situaciones en las que aunque todo el mundo es diferente te alienan y te convierten en seres sin rostro, sin personalidad y de rodillas esperando un futuro incierto. Una obra maestra, actual y evocadora que no te deja indiferente. una gran obra de arte que esta en Málaga.
