Como médico  he tenido que estudiarme la teoría psicoanalítica de Freud y su desarrollo conceptual (aunque no soy psiquiatra). Y es complicado… Como padre de familia numerosa vivo en un hogar con cuatro mujeres en el que soy el único varón. Y también es complicado… Por eso cuando vi que el Museo Picasso de Málaga anunciaba una exposición de mujeres surrealistas, estilo basado en las teorías psicoanalíticas,  sabía que tendría mucha calidad (porque es el Picasso de Málaga) pero que sería una exposición complicada. Y no me he equivocado ni una pizca, porque esta exposición temporal que analizo hoy es una de las más complejas y rica en matices que he visto nunca. Y eso la hace muy interesante y recomendable… como compartir un hogar con cuatro mujeres aunque sea complicado.

Con una de mis lagart_hijas disfrutando del cuadro «Kermés» de Maruja Mallo

La exposición «Somos plenamente libres. Las mujeres artistas y el surrealismo»  intenta hacer visibles a un grupo de 18 artistas de calidad extraordinaria, que no pudieron exponer y darse a conocer con normalidad por el hecho de ser mujer. No todas fueron surrealistas al menos de forma clara y contundente. Pero todas estuvieron en París entre principios y mediados del pasado siglo y todas tuvieron problemas para ser reconocidas y que no se les considerara como simples musas, la  eterna mujer-niña o un  objeto sexual.
La verdad es que he descubierto gracias a esta exposición a muchas artistas que no conocía o que conocía de forma muy marginal. Al ver sus obras en directo me he quedado perplejo porque algunas  deberían tener su nombre en letras grande en los libros de arte y apenas aparecen. La exposición va exactamente de eso de que tú veas las obras y juzgues si las marginaron por poco arte o por ser mujer… vais a alucinar. Como dice el Museo Picasso en una magnifica página realizada expresamente para esta exposición donde cuentan las biografías de estas 18 mujeres son «insólitas y extraordinarias».

La biografía de las 18 artistas están resumidas de forma genial en las paredes de la exposición

Como he dicho la exposición es compleja y llena de matices porque además de que son 18 artistas diferentes cada una con sus características y circunstancias. El comisario ha organizado temas en relación a la teoría psicoanalítica más que por temas artísticos, épocas o estilos como es habitual. Y me temo que no se ha entendido bien porque no ha habido ni una nota de prensa, ni una crítica de las que haya leído hasta ahora que haga referencia precisamente al esquema de las salas. Pero en un visita guiada por educadores del museo a la que pude acceder, sí que tienen claro que hay que hablar de identidad, de mundos deseado y no alcanzados, del eros femenino y de los dioses y demonios de nuestro subconsciente. Mientras que los hombres surrealistas pintaban sueños mágicos con tigres saliendo de una granada y relojes derritiéndose… las mujeres pintaban sus miedos y frustraciones, sus ilusiones y objetivos, sus deseos y su libertad. Las mujeres expresaban  su identidad, reivindicaban quienes eran y lo que querían. El surrealismo les permitió precisamente esa reivindicación y esa libertad para crear y para expresarse fuera de los modelos impuestos. Por eso se llama «plenamente libres» porque veremos muchas obras que eran más un grito de libertad que un adorno para una pared o un museo.

Imprescindible audioguia en esta exposición para enterarse bien de todo… y un mapa para no perderse

Y este es el relato inédito de esta exposición, con obras muy complejas que si no las pones en situación ni  te enteras de lo que te está contando su autora. Recomiendo más que nunca en esta exposición coger la audioguía que en el Picasso son gratis con la entrada, porque si no vas a salir antes de entrar y te vas a perder los matices y riquezas de un mundo de artistas de gran calidad con historias y relatos vitales y apasionantes. La verdad es que es de las mejores exposiciones que he visto en mucho tiempo. Voy a contar someramente las 5 zonas en las que está dividida la exposición y recomendar algunos cuadros de las mismas. Importante tener claro ideas generales de cada zona y no perderse, porque la exposición la han levantado con pasillos un poco laberínticos, pasillos que no van a ningún lado o ventanas innecesarias… surrealismo puro.

Zona 1. El espejo y la máscara. La máscara permite esconderse, tener una cara al exterior y otra al interior pero el espejo te devuelve tu verdadero rostro. Este es el nexo de las obras de esta zona, las dos realidades de cualquier persona y sobre todo de estas mujeres artistas.

Y queda claro en el primer cuadrito pequeño que te encuentras llamado «Feliz desayuno» de Eileen Agar o el busto en escayola de esta misma artista que preside la sala («El ángel de la misericordia») con una cara en blanco y otra en negro.

Zona 1. La mascara y el espejo

Me ha encantado un cuadro en forma de rombo muy cercano que es un «Retrato de Picasso» de Valentine Hugo (una de mis obras favoritas). La pintora tardo 10 años en pintarlo pues solo lo pintaba en Octubre, mes del nacimiento de Picasso y lo lleno de imágenes esotéricas y astrales pues era una amante de esas ideas. Peo si hay una obra que retrata el espejo es precisamente una fotografía junto a un espejo de Claude Cahun una artista que reivindicaba el tercer género y que consigue una foto donde aparece muy blanca en un lado del espejo y muy a oscuras en el otro lado.  Una imagen pequeñita que te pasara desapercibida porque está junto a un gran cuadro de Dora Maar («Conversacion») pero que lo dice todo y nada.

Zona 2. Otros mundos en este. No, no son paisajes bonitos aunque a primera vista lo parezca. Son mundos interiores, a veces vacíos, terriblemente vacíos y otros llenos de color y fiesta. Hay mucho miedo en los cuadros de esta sala y mucho sufrimiento o al menos es lo que yo veo aunque termina con varias verbenas y ferias yo creo que por compensar

«Orplied»» de Leonora Carrington… a través de un cristal con mil luces reflejadas

Me voy directamente a recomendar «Orplied» de Leonora Carrington, una de mis artistas favoritas, que muestra un mundo lleno de seres fantásticos, con un rio del hades lleno de almas, un cielo de fuego y unas puerta en la esquina inferior derecha que estoy seguro no son del infierno. No he podido hacerle una foto buena porque el cristal que lo protege me da mil reflejos pero casi mejor porque así vais a verlo.

Zona 2 con las vistosas imagenes de
Maruja Mallo

Al otro extremo de la sala todo lo contrario, dos cuadros de Maruja Mallo, otras de las más importantes, llenas de color, música y movimiento en feria y verbena. Ves estos cuadros y por la composición tan apretada de todos los personajes te da esa sensación de vértigo de la feria, con las atracciones, la gente disfrazada, la guardia civil rondando y hasta el tren de la bruja. Un mundo que es otro mundo, donde todo el mundo se disfraza y por unas horas se olvida de las penas. Un mundo del que hablaba Freud por la necesidad de vivir al menos una horas llenas de comida, música y diversión que sirvan de válvula de escape al yo consiente que vive en los vacíos mundos que pinta Kay Sage y que inundan la sala. esta exposición tiene mucha miga ya os lo he dicho.

Zona 3. En el sueño me afirmo. El sueño es una de las claves fundamentales del psicoanálisis pues según Freud es el único lugar donde somos plenamente libres. En los sueños matamos a nuestro jefe, robamos un banco o nos revelamos contra el maltratador. Los sueños son la antesala del subconsciente y los surrealistas intentaban precisamente eso, pintar desde el subconsciente aunque lo que sacaron de él las mujeres surrealistas no siempre fue agradable… aunque si que fue liberador.

«Pequeña Serenata Nocturna» de Dorothea Tanning

Mi favorito sin lugar a dudas de esta zona es «Pequeña serenata nocturna» de Dorothea Tanning que ha servido de cartel a esta exposición y está considerada la obra maestra de esta artista. En ella dos chicas flotando en el aire, con la ropa hecha jirones que representa la civilización y un girasol abatido que representa la juventud. Parece todo perdido, con varias puertas cerradas pero al fondo hay un rayo de luz y una puerta entreabierta. Este pequeño cuadro de colores vibrantes es un sueño, una música de Mozart y una de las joyas a descubrir de esta exposición.

Zona 3 con el «Insomnias» de Dorothea Tanning

Y dominando la sala esta «Insomnias» también de Dorothea Tanning, un cuadro con caras entre brumas de colores (yo cuento 6), animales fantásticos y brazos que se acercan y alejan e ente las brumas. Un sueño sin lugar a dudas, un raro y bello sueño.

Zona 4. Eros. Otro de los nudos centrales del psicoanálisis. El mundo de eros, de la vida contrapuesta al tanatos de la muerte aunque en la traducción más simple siempre se habla del erotismo, del deseo y la sexualidad. Aunque en los cuadros de las mujeres surrealistas esto también es una reivindicación donde pide, exigen dejar de ser objetos para ser las que llevan la iniciativa del eros y de la vida.

Cuadros de Leonor Fini

Destacado la vuelta que le ha dado al mundo de las majas desnudas (y otras venus en general) la artista Leonor Fini con su cuadro «La alcoba» donde es el hombre el que está desnudo en la cama siendo objeto de las miradas lascivas de la mujer. Aunque he de decir que todo es muy fino, más fino que lo que hacía Dali sin lugar a dudas. Y con una cortina de un color quebrado, exacto al que utilizaba Tiziano  que fue el primero de la historia occidental en pintar una maja desnuda (Venus de Urbino). Para que no haya dudas de que le ha dado la vuelta a la tortilla…

Y junto a la alcoba otro cuadro curioso de Leonora Fin en la misma línea llamado «En la torre» donde una mujer madura da paso hacia la alcoba aun joven desnudo con una capa roja símbolo del deseo. No se pueden contar más cosas con menos elementos. Aunque si con más elementos… si no vuélvase justo 180º grados y vera uno de los cuadros más raros, surrealistas e interesantes de la exposición. Se llama a «El uno en el otro» y es de la artista checa Marie Čerminová que se hacía llamar Toyen que significa ciudadano y no identifica genero ni mujer ni hombre. Busquen este cuadro y díganme que significa. Solo les diré que hay un calamar que son animales sin identidad sexual definida…

Zona 5. Y es otra. Ultima zona que busca relaciones con la primera zona de la exposición, la de la máscara y el espejo. Es esta ya una zona sin mascaras donde las mujeres se identifican con su realidad, conde las obras hablan de la feminidad, de los mundos propios de la identidad que han conquistado a base de mucho luchar. han pasado por los sueños, por otros mundos, por la vida-erotismo y llegan a donde querían, a ellas mismas que resultan que son otras diferentes de lo que el mundo veía (me parece que el último párrafo me ha salido muy surrealista… me estoy contagiando).

Zona 5

Aunque en esta zona hay mucho y buenos cuadros hay que irse la final y descubrir que hay cuatro o cinco cuadros donde hay un huevo. El huevo es un símbolo que ya se usaba en el renacimiento y significa fecundidad, superación y regeneración. Destacare el de Leonora Carrington, «La guardiana de los huevos» que es lo más parecido a un cuadro del Bosco que he visto en mi vida. Una mujer gigante, con un huevo en las manos tras la que hay agua y la vida que se originó en ella, la tierra y sus animales lo mismo que en el aire. Es la creadora, una imagen que inspiro a Mark Ryden su cuadro «The Creatrix» que estuvo este mismo año en el CAC de Málaga.

Obra de Leonora Carrington en el Picasso y que inspiro a la obra de Mark Ryden que vino al CAC

Termino esta crónica de una exposición que ha creado y producido íntegramente el Museo Picasso, (no es una exposición que ya ha estado en otros museos y viene en plan itinerante), que da muestra de una madurez como museo y de la calidad de sus responsables. Una muestra amplia con 124 obras de 18 artistas diferentes que hay que ir a ver más de una vez. No os la perdáis!!!

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