El Museo Casa Natal de Picasso lleva abierto en Málaga casi 30 años, siendo con diferencia, uno de los museos más antiguos de la ciudad. Y seguirá siempre así porque, entre otras cosas, Picasso ya no puede nacer en otra parte…. Y porque, bromas aparte, poco a poco, sin hacer mucho ruido, ni grandes aspavientos, se ha convertido en centro de referencia para todos los amigos, estudiosos y aficionados a la obra del genio malagueño.

Casa Natal de Picasso en Málaga

Poca gente sabe que, desde su biblioteca, varios expertos en la obra de Picasso están diariamente aportando referencias a artículos, bibliografía y todo tipo de datos a los estudiosos del artista que lo solicitan desde diversas partes del mundo. Y no es casualidad, es que la Biblioteca de la Casa Natal es una de las bibliotecas con más referencias de libros sobre Picasso en castellano del planeta. Y no solo atesora libros “sobre” la obra de Picasso, si no también libros “con” obras originales de Picasso. De hecho, es uno de los 2-3 museos que más libros con grabados originales tienen de Picasso a nivel mundial. Por no hablar de la colección de litografías, aguafuertes, aguatintas y todo tipo de grabados de Picasso (y contemporáneos). Se considera que la Casa Natal posee la segunda colección más importante de este tipo de obras de Picasso… del mundo. Vale, lo sé. He escrito 3 veces la palabra «mundo» junto a la palabra «Picasso», en muy pocas líneas, pero es que, en esa casa de la Plaza de la Merced, el mundo, es Picasso.


Centro de documentación y Biblioteca de la Casa Natal de Picasso en Málaga (foto enlazado)

Siempre formando y difundiendo, a nivel experto la mas de las veces, pero con cariñosa acogida también a los aficionados que nos acercamos por allí (doy fe). Y aunque he dicho que «poca gente lo sabe», en realidad lo sabe quién lo tiene que saber. Fue a la Casa Natal donde llego en 1989 Marina Picasso, nieta del artista para donar la carpeta «Sueños y mentiras de Franco» a la ciudad de Málaga, una de las obras más curiosas y escasas de Picasso. También fue a donde llegó en 1992 Christine Picasso, nuera del artista, para donar a la ciudad diez libros ilustrados del dios de las vanguardias del siglo XX, iniciándose ese año la tan interesante relación que tienen esta familia del artista con Málaga.

¿Y para que estoy contando todo esto, que parezco el publicista de la Casa Natal…? Para que todo el mundo entienda porque, la familia de Eugenio Arias, un hombre al que Picasso llamaba “hijo”, tocaron hace dos años a la puerta de la Casa Natal, para hacer una petición única y singular. La petición era que les ayudaran a estudiar y proteger unas obras de Picasso muy especiales, muy frágiles, muy íntimas… y desconocidas hasta la fecha. Picasso nivel experto, para los expertos de la Casa Natal de Picasso. Gloria bendita. Gloria que se ha transformado en una exposición.

Eugenio Arias pelando a Picasso bajo la mirada de Jacqueline

«Exilio y nostalgia. Dibujos inéditos y libros ilustrados de Picasso en la colección de la familia Arias» no es una exposición, es el descubrimiento de un tesoro. Y aunque algunos crean, que me refiero al tesoro de los más de 100 dibujos nunca vistos de Picasso que se muestran (que también), me refiero al descubrimiento de la relación de Eugenio Arias con Picasso, al que todo el mundo antes de esta exposición llamaba «el barbero de Picasso». Y que después del descubrimiento de este tesoro y su estudio por los expertos de la Casa Natal, creo que debemos empezar a llamar a Arias de otra forma. Dejad que me explique.

Una de las vitrinas de la exposición

Eugenio Arias era barbero, eso es verdad, oficio que aprendió desde niño en Buitrago de Lozoya, su pueblo natal cercano a Madrid. Un barbero peculiar porque, en los años 30 tenía montada una pequeña biblioteca en la barbería del pueblo, con libros de gramática, aritmética o historia a disposición de la clientela (y eso que él, no había podido estudiar). Con la República, organizo clases de alfabetización, lectura de poesía, teatro… algo más que un simple barbero. Pero llego la guerra civil y cambio la navaja de barbero por el fusil, con el que combatió en Madrid y el Ebro, y donde fue herido. Luego le toco el exilio francés, los campos de concentración, y vuelta a la pelea con los maquis, hasta que ya no había más fuerzas para andar por el monte, ni le quedaba nada más que perder. Dejo el fusil (que no la lucha) y se asentó en el pueblecito francés de Vallauris, donde abrió una barbería, porque Eugenio Arias, no lo olvidemos, era barbero. Un barbero peculiar.

Copia exacta de la capa española con la que fue enterrado Picasso

Fue entonces, en 1947, cuando Arias conoció a Picasso que pasaba temporadas en Vallauris. Y se cayeron bien desde el principio. Picasso que por aquel entonces apenas tenía pelo, pero empezó a pedir que Arias lo visitara cada 15 días para «pelarlo». Es más, le regalo un coche para que se vieran con esa periodicidad, cuando Picasso cambio de residencia, a un pueblo algo más alejado. ¿De verdad creéis que eso era para que le cortara el pelo? Picasso fue el padrino de boda de Arias (algo inaudito), estaba en odas las fiestas e Picasso y en todas las tardes de toros. Y fue Arias quien lo veló y amortajo en la capa española con la que fue enterrado el genio malagueño, al que llamaba su segundo padre (en la Casa Natal hay una copia exacta de esa capa). ¿Le seguiremos llamando “el barbero de Picasso”?

Pues ese es el tesoro que ahora se demuestra, que ambos eran amigos, muy amigos, a pesar de separarlos 28 años de edad, la condición social, el nivel de estudios, etc. Arias era tan generoso como Picasso, siempre ayudando a los exiliados republicanos en Francia, como Picasso, y como él, buen conversador, leal con los amigos, republicano, amante de los toros y el flamenco, de los chistes verdes … y además barbero. La amistad de ambos duro casi 30 años. En los últimos años de vida de Picasso, todo el mundo sabía que, si quería conocer o visitar a Picasso, debía acudir a pedir dicho encuentro a la barbería de Arias.

Treinta años de amistad, de hablar de España, del recuerdo de las tardes de sol y toros, de la nostalgia de la familia viviendo en el exilio, de hablar mal de Franco, etc. Treinta años duros en los que el mayor genio del siglo XX disfrutaba de la compañía de un hombre que, sin lugar a dudas tuvo que ser muy, pero que muy especial. Y en esos años, Picasso regalo cerámicas, grabados y dibujos a Arias en señal de amistad, hasta hacer una pequeña colección. Colección que Arias regalo a su pueblo, Buitrago de Lozoya para que se abriera un museo. ¡Bien por Arias!

Museo Picasso en Buytrago de Lozoya

Pero eso no era todo lo que Arias tenia de Picasso, había algo más, algo que el barbero no consideraba obras de Picasso, si no recuerdos de su amigo español en el exilio. Y los recuerdos de los amigos, no se regalan como parte de una colección, son algo especial y necesitan un lugar especial, un lugar donde no exista el mundo, donde el mundo es Picasso. Su Casa Natal en Málaga.

Picasso y Arias

Cuando Arias murió su familia descubrió un tesoro de incalculable valor, porque la amistad, no tiene precio. Guardado había 67 hojas del periódico ABC con dibujos, un libro que Picasso «tuneo» y le regalo a Eugenio en su cumpleaños, dedicatorias y mensajes en diferentes soportes… y una historia que contar. Y es en este punto, contando todo lo que hay que ver, es donde suelo empezar mis post en este blog, pero esta exposición es tan importante y especial que es aquí donde terminaré este artículo, para explicar las obras en un segundo post. Obras guardadas durante años no por el “barbero” de Picasso, si no por el AMIGO de Picasso, Eugenio Arias.

La Casa Natal me concedió el honor de ver las nuevas obras días antes de la exposición

Si te ha gustado este post, hay una segunda parte AQUÍ

Y un podscat explicándolo aquí:

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