Algunos auguraban que saldríamos mejores de la pandemia mundial del Covid19 que hemos sufrido del 2020 al 2023. Ya nadie lo piensa. Pero desde un museo de Málaga, el Centre Pompidou, se esta reflexionando sobre lo que aprendimos durante el tiempo que estuvimos encerrados en nuestros hogares. Porque algo habremos aprendido digo yo…. Encerrados en casa, sin mucho que hacer y sin ningún lugar al que ir, recuperamos un tiempo personal. Un tiempo que no es del trabajo, ni de las obligaciones sociales, ni de las carreras de todos los días. Un tiempo que es propio, que así es como se llama la exposición bianual que hasta final del año 2023 esta presente en este siempre vanguardista museo de Málaga. Hablemos de ella.

«Un tiempo propio» es una exposición que primero ha elaborado un argumento, una idea sobre la que hablar y luego la ha desarrollado con obras de arte. Una forma de exponer que solo esta reservado a comisarios de alto nivel que tengan a su disposición unos fondos como los que cuenta el Centre Pompidou de París. En este caso la idea ha sido hablar de los diferentes momentos vitales en el que el tiempo corresponde al individuo y a nadie mas. Tiempo como el de las vacaciones, el de introspección (vaya palabreja) o el de la tercera edad. Y han desarrollado la idea en seis espacios con obras de absoluta primera linea del arte mas vanguardista y contemporáneo entre las que se incluyen no solo oleos o esculturas, también instalaciones y videos que incluso interactúan con el visitante. Una maravillosa reflexión abordada de forma genial que nadie debería perderse.

La exposición comienza con el «Tiempo de ocio», que se note que estamos en una cuidad turística por excelencia. Y como ya es habitual en este museo, toda la exposición comienza con una obra de Picasso. Siempre hay una referencia al genio malagueño en este museo pues es el nexo de unión entre Málaga y París, entre el Centre Pompidou de nuestra ciudad y el de la ciudad de la Torre Eiffel. Y ya en esta primera sala sorprende que entre buenas pinturas (hay un Leger y un Kupha entre otros) encontramos una vitrina con juguetes, o una maqueta de un parque de atracciones o un sillón de caña para cafeterías… y te quedas con la cara a cuadros ¿Es esto arte? Pues en el concepto de museos contemporáneos como el Pompidou, el arte incluye el diseño cuando es original y creativo, incluso el diseño industrial. Lo mismo da un juguete reversible como el de los bancos que triunfaron en los cafés de París del siglo XX. Y desde luego la arquitectura cuando hace cosas tan extraordinarias como el diseño de un parque de atracciones futurista nada mas y nada menos que de Andrea Branzi del año 1938. Pero siendo cada uno de estos objetos expuestos elementos de artistas muy destacados, la exposición finalmente es para recordar el juego, el café con los amigos o los parques de atracciones.

Y si esto de hablar de juguetes o un café con los amiguetes puede parecer a priori una «vulgarización» del arte para contar una idea, según avanzamos en la exposición la idea profundiza, se complica y adquiere carácter de reflexión social. Y lo mismo pasa con las obras de arte que exponen, que según avanzamos son mas profundas, se complican y acaban contando mas de una historia sobre todo coladas en el contexto. No es mi intención contar toda la exposición ni sala a sala, así que voy a destacar algunas obras y espacios que me han gustado especialmente y estoy seguro que quien aun no haya visto la exposición va a tardar poco en ir a disfrutarla.

Me ha encantado la simple idea del «Tiempo de introspección» que habla del tiempo de la tercera edad en la que en un mundo frentico de trabajo y sociedad, de pronto todo se para, se detiene el trabajo y el espacio domestico es ahora el lugar donde pasar largas horas. ¿Cómo cuentas eso en una exposición? Pues lo han hecho con obras de arquitectura de bibliotecas, de edificios para operas, de mobiliario de diseño para casa y de un grupo de obras dedicadas a las mujeres leyendo, arreglándose para salir o tejiendo. Y es en este ultimo grupo, el de mujeres en tiempo de introspección donde han colocado una magnifica obra de la sudafricana Billie Zengewa titulada «En mi soledad». Una obra tejida con «trapos» de colores en diferentes tonos para captar luces y sombras donde una mujer, en una postura muy cómoda y relajada lee un libro y toma una taza de te. hasta que no te acercas no te das cuenta que no es un lienzo sino tela, cosida con maestría y combinando como un collage perfecto tela de diferentes colores. Lo curioso es que parece que le falta un trozo en el Angulo inferior. Una llamada de atención de Zangewa que simboliza la obligación de que las mujeres sean perfectas, como perfecto el lienzo de una obra de arte pero en sus obras, la imperfección esta permitida e incluso admirada. Una obra maravillosa.

Igualmente de atontado me ha dejado la idea de los «Tiempos de intersticios» como parte de nuestro tiempo personal, de nuestro tiempo propio. tras esta palabreja que estoy seguro es una tradición de alguna palabra francesa mas apropiada, se esconde la idea de esos tiempos muertos que pasamos por ejemplo en el tren mientras nos desplazamos o en los momentos antes de quedarnos dormidos o ese dulce sopor detrás una buena comida. Un tiempo que también es posible explicar con obras de arte donde hay fragmentos de trenes, personas durmiendo o una lampara de mesa que respira contigo despacio. Y todas con obras de artistas importantes, contemporáneos, conceptuales en su mayoría que no se han detenido en hacer un video, un montaje o una instalación sonora para sintetizar o reflexionar sobre los tiempos. Buscad el chico que duerme con una leona y decidme si son así algunas veces nuestros primeros sueños…

Y esta idea es lo que yo mas destaco, el que cada obra por separado es una gran obra de arte, pero que colocada en conjunto están convirtiéndose en parte de una idea mayor, de una obra conceptual mayor que es cada sala del museo. Pocas veces he visto exponer de una forma así, de una manera tan moderna y contemporánea. Ni siquiera en exposiciones anteriores de este mismo museo, que en esta ocasión esta comisariada por Valentina Moimas que dice en la introducción del catalogo que la exposición esta concebida como un viaje. Un viaje al interior de nosotros mismo. Pues sigamos camino…

Parare tras, pasar junto a dos magníficos azules de Miro y una instalación de Wendy Jacob que nos recuerdan vagabundos durmiendo en el suelo, en «las medusas». Me refiero a una instalación de Emmanuel Lagarrigue en la que entras por un pasillo iluminad de azul que llega a una sala del mismo color. Del techo de pasillo y sala cuelgan unos hilos desde unos platillos que recuerdan a medusas, sobre todo porque suena como un rumor marino que junto ala luz azul da la impresión de banco de medusas. Pues bien, si t acercas a los tentáculos descubrirás que el rumor que oyes son personas canturreando, con algo de música, con voces encontradas… El artista cogió a varios amigos y amigas y les puso unos auriculares con música y le pido que hicieran cosas por la casa. Al poco todos estaban metido en sus pensamientos canturreando, a su ritmo, con su estilo… y los grabó. Grabo los canturreos en un momento de «yo y mis pensamientos» que ha mezclado con música y se escuchan salteados por la instalación gracias a unos pequeños altavoces que cuelgan de los «tentáculos». Una instalación que la comisaria ha colocado para hablar del «Tiempo interior» Me parece una genialidad.

Terminare con la instalación que inunda las redes y que ves nada mas entras al centro desde las ventanas superiores. Me refiero a «Avalancha» de Wilfredo Prieto que termina la sala «Tiempo de confrontación» y la propia exposición. En ella varias decenas de objetos muy diferentes, desde una boya a una pelota , una pecera o un puesto de zumos, están dispuestos en orden decreciente de manera que tu mente descubre rápidamente un elemento común . Todos son esféricos. En una exposición que habla del tiempo que estuvimos encerrados en pandemia, en el que todos fuimos muy solidarios , hemos acabo saliendo al exterior y descubriendo que seguimos diferenciándonos en muchas cosas… pero siempre hay algo que nos une, que nos hace iguales. tan diferentes y tan iguales , esto no es una exposición de arte, es arte para la vida.

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