Los acuerdos del Centre Pompidou de Málaga incluye cambiar de exposición «permanente» cada dos años y medio, y al final del 2017 tocaba renovar. Esperaba una buena exposición de arte contemporáneo, con las típicas explicaciones complicadas y con algunas buenas obras y otras de esas «raras»… pero esta exposición es algo más, es mucho más. Esta exposición es una reflexión, una pregunta a la que responder, una interpelación sobre las ideologías y las utopías que han pasado por el mundo en el siglo XX.  Esta exposición te lleva a un viaje por las utopías modernas sobre la sociedad y la forma de vivir. Desde el comunismo al ecologismo o los hippies sin olvidarse de la contracultura actual o incluso del consumismo (individualismo), casi todas las apuestas del ultimo siglo por mejorar la sociedad están aquí de una u otra forma. Y se reflexiona desde el arte, desde 60 obras de arte contemporáneo de un nivel muy alto (Picasso, Kandisky, Chagal, Saura, Miró, Peter Doig, etc) que hablan de los sueños, de las ilusiones y desilusiones, de las  nuevas promesas y los nuevos sueños. Una exposición que habla de los riesgos de volver a empezar por el principio de nuevo.

«Marcel le da los buenos días» (2002) de Jean-Michel Alberola

El Pompidou de Málaga esta vez no expone, propone. Propone que nos dejemos interpelar por el arte, que dejemos de usar el arte como un objeto de consumo más, que dejemos de usar los museos para darnos un paseito de domingo y profundicemos en su mensaje dentro de su belleza.  No es nuevo el arte como mensaje, pero es muy difícil hacerlo bien y en el Pompidou esta vez han bordado, con un tema ademas chulisimo que no es otro que el sueño del hombre por una vida mejor. Y en esta linean han colocado en mitad de un pasillo, así como el que no quiere la cosa, una frase de Rayssse de 2015 que estoy convencido resume esta exposición (o al menos su intención).

Raysse 2015 con ocasión de su exposición en el Palazzo Grassi de Venecia

Las «Utopías Modernas» es una exposición de 60 obras divididas en 6 salas (aunque una es más bien un prólogo de la siguiente). Quiero primero resumir un poco porque después me pierdo en los detalles y el discurso en este caso es importante. El discurso comienza como era de esperar con una sala llamada  «La gran Utopía» donde plasma algunas de las mas importantes utopias de primero de siglo, para pasar casi de inmediato al «El final de las ilusiones» en la sala siguiente. Estas dos salas son las más contundentes, con más fondo y obras más importantes y mas bien del inicio del siglo XX . En una tercera sala el discurso son las masas y su forma de evolucionar por lo que se llama «Juntos» que ya son utopías mas de mitad de siglo o finales. Aunque en

«A Maiakowski» (1976) de Equipo Cronica

seguida nos devuelven las ilusiones en unas salas dedicadas a los grandes proyectos arquitectónicos en equilibrio con el paisaje y ser ser humano. La arquitectura es la sala de «Imaginar el futuro» que empieza con un vídeo que habla de «La ciudad radiante» de Le Courbuiser,  el gran impulsor de la arquitectura en equilibrio con la naturaleza y el propio ser humano. Y todo terminar con la sala «La edad de oro» donde las añoranzas a un pasado mas «humano» junto a las añoranzas de dias pasados no deberían hacernos repetir los errores. Un vídeo final  nos devuelve el eco de una dulce melodía en mitad de la naturaleza nos permite irnos con el corazón caliente… y la cabeza dando vueltas. Y todo con obras de muy alto nivel. Es un pedazo de exposición, no os quepa la menor duda.

Quiero contaros algunas de las mejores obras para animaros a descubrir esta gran exposición. Pero ya os digo que aunque hay obras muy, muy sobresalientes, es el conjunto el que deberéis ver para disfrutar en todo su sentido de las “Utopías modernas”. Para empezar nos recibe un cuadro muy curios, titulado «A Maiakowski» del Equipo crónica que es un batiburrillo de obras de grandes autores como M. Duchamp, G. Grosz o U. Boccioni al que han colocado en el centro un paraguas al más puro estilo pop. Todas las vanguardias y revoluciones artísticas del siglo XX… para terminar los artistas pintando cómic. O al menos eso es lo que parece decir. Y solo estamos calentando.

Algunas obras de «La gran Utopía»

En la sala «La gran Utopia» empieza el baile con dos cuadros encontrados y enfrentados que dan mucho que hablar. Por un lado «Ritmo, alegría de vivir» de Robert Delaunay un pintor francés que en plena 1º guerra mundial se vino a vivir a España y nunca se comprometió con nada que no fuera el mismo y su forma de hacer arte. Y por otro lado «Mi cielo es rojo» de Otto Freundlich un judío comunista que estaba en Alemania en el ascenso de los nazis y que defendió sus ideales con su vida. Un cuadro de círculos bellos y muy cromáticos del orfismo de Delaunay frente a la contundencia y calidad cromática del comunismo cósmico de Freundlich. Junto a ellos un grito desgarrador de una campesina de Julio González para el pabellón español del 36, que pide ayuda en la guerra civil mientras   a su lado el mítico Prometeo lucha con el buitre en una escultura del cubista Jacques Lipchitz. Grandes autores con algunos de sus mejores obras en un  discurso que recorre las grandes utopías modernas. Pero pronto vendrá la desilusión…

«El Profeta» de Pablo Gargallo
Las dos caras de «El Profeta»

«El final de las ilusiones» es la segunda sala y para llegar  ella tendremos que rodear a un gigante que nos grita con su vara en la mano. Es el «Profeta» de Pablo Gargallo, una de sus obras más importantes ya que fue la primera obra con espacios vacíos que jugando con sombras y volúmenes nos da la impresión de la imagen completa. Esta obra está justo entre la sala de las utopías y de las desilusiones y tiene dos caras. Si la miras con detenimiento Pablo Gargallo jugó con el pelo en la zona de atrás de la cabeza para acabar realizando otra nariz y otra boca. Una forma sutil de decir que los profetas (o los líderes de masas) suelen tener dos caras. Esta puesto justo entre las ilusiones y las desilusiones, dos caras de la misma moneda y las dos viene de la mano de los “profetas”… ¿es genial verdad?

Sala «El final de las ilusiones» del Centre Pompidou

Tras atravesar a este gigante de bronce tenemos una colección que en poco espacio reúne obras de tanto nivel que por poco me mareo la primera vez que las vi. Para empezar hay tres cuadros de tres artistas rusos que tanto ellos como su arte sufrieron la represión por las ideas, por los grandes líderes y por las grandes corrientes de pensamiento del siglo XX. Tenemos juntos un Kandisky,  un Malevich y un Chagal  (así de golpe) todos en relación y referencia a la caída de los mitos y la huida de las ideas que nos aprisionan. El que más me gusta y posiblemente el más importante es «Desarrollo en marrón» de Kandisky, en el que una figura colorida central sube una escalera mientras el mundo se cierra en color marrón sobre el (o eso es lo que parece pues es una obra abstracta). Este es el último cuadro que hizo antes de que los nazis le cerraran la universidad donde enseñaba arte (La Bahaus)  y declararan arte degenerado a su pintura. Pero no menos importante (aunque un poco chocante y extraño de encontrar en esta sala) es «La primavera» de Pablo Picasso. Una obra bucólica, pastoril y desenfadada que parece una reacción de hastió ante el tortazo que se dio toda una generación cuando se quiso llevar  a la práctica las utopías… o que había que traer un Picasso a Málaga sí o sí.

La comisaria Brigitte Leal explica al Alcalde de Málaga el cuadro de Pablo Picasso «La Primavera» (1956)

«Juntos» es la tercera sala donde se habla de las organizaciones y los grupos del fin del siglo XX, pero que nadie se pierda antes de eso una lata de sardinas en mitad del pasillo que además es una cama… Es una obra de Frank Scurti que el día de la inauguración estaba ocupada por un par de estudiantes de Bellas artes. Su título «N. York 06:00 A.M.» creo que deja claro la idea del autor sobre cómo se vive enlatados en la ciudad moderna. Pero esta obra está acompañada, pintada sobre la pared frente tras ella,  una del mismo autor en la que un río de leche con donuts y cereales se dirige hacia una gran ciudad («Just Donuts»). En fin, creo que no tengo mucho más que explicar de este pasillo y sus significados. Solo un detalle de esos curiosos y es que el autor ha venido a realizar la obra en la pared directamente. Puso una diapositiva y con su equipo de trabajo, unos rotuladores y unos pinceles pinto en la pared del museo directamente una obra que desaparecerá cuando desaparezca la exposición. Una obra tan efímera como las utopías modernas…

«N.Y. 06:00 A.M.» y «Just Donuts» obras de Franck Scurti

Una sala que parece muy vacía es la de «Juntos»,  pero que si vamos juntos a verla veras que le sobran ideas y belleza. Por un lado un grupo de marionetas de tamaño natural todas iguales, sentadas, con la mirada perdida, mirando al vacío, quietas e inertes. Pero mira despacio porque hay tres sillas vacías, hay tres que se han movido, que no se han aborregado y que han desaparecido… es una obra homenaje a Amnistía Internacional de la suiza Eva Aeppli. Una obra impactante que te parece una autentica vulgaridad hasta que te la explican. Lo mismo de «vulgar» o insulso que un gran cuadro de Antonio Saura con cientos de rostros en mogollón, avanzando juntos, deformándose para adaptarse unos a otros, no sé si como masa o como pueblo. El cuadro se llama «Diada» y se hizo en plena época de la transición española y ha dado mucho que hablar en la visita guiada…  Y aquí me quedo no sin terminar recomendando un vídeo que parece hecho tras una borrachera en plena época hippie, pero si lo miráis despacio  veréis la cantidad de referencias a la historia del arte » de adorno» que hay. Arte que critican y rehúsan en el vídeo por conformista y adocenado, arte de pega según se desprende de este ácido vídeo («Homero presto» de Martial Raysse). Aquí no dan puntada sin hilo y han dejado espacio en la sala para que corran las ideas.

Sala “Juntos” de las Utopías modernas del centre Pompidou

Y la sorpresa (por poca habitual) son dos salas dedicadas íntegramente a proyectos arquitectónicos «utópicos», unos realizados y otros no, que buscan humanizar a los humanos y su entorno. Proyectos alucinantes e increíbles que tenían que empezar como era lógico por Le Corbusier que fue el gran revolucionario de una arquitectura amable y ecológica que busca la armonía universal.  Aunque son dos salas según el catalogo, no hay diferencia espacial entre ambas, diferenciando “La ciudad radiante” de Le Corbusier con el resto de proyectos. Se presenta la maqueta original de su edificio más emblemático ( «Unidad habitacional» de Berlin, 1957) y un interesante vídeo donde se explica la lucha del arquitecto entre lo que le encargan, lo que le gustaría hacer y lo que finalmente hace («No son tiempos para soñar» de Pierre Huyghe , 2004). De nuevo sueños e ilusiones en una magnifica exposición del Centre Pompidou de Málaga que muestra maquetas de edificios muy singulares.

«Palacio del cerezo en flor» en el Valle del Jerte de amid.cero9en

Edificios en los que «Imaginar el futuro» como el precioso proyecto de amid.cero9  «Palacio del cerezo en flor» que sera un museo en el valle del jerte en pleno campo de cerezos… y tiene forma de cerezo. Impresionado me ha dejado un edificio que tiene un bosquecito en la entreplanta y que si esta  realizado (Pabellón de los Paises Bajos para la Expo de Hannover 2000). Esta zona es alucinante con edificios reconvertidos, ecológicos y de material reutilizado que respetan el entorno y busca que la vida humana parezca un poco mas humana. Otra utopía moderna.

«100 Years ago» (2001) de Peter Doig y sus referencias

La exposición termina en la gran sala central del Pompidou, donde estaban los fantasmas de la exposición anterior, esta vez ocupada por ovejas de la que ahora hablare. Esta última sala se llama “La edad de oro” y no la había entendido muy bien hasta que los mediadores del museo me la han explicado como una vuelta a la naturaleza, a la armonía a los tiempos pasados . La sala la preside una increíble obra de Peter Doig titulada “Hace 100 años” (2001) donde un hippie en una canoa rema en un mar con dos colores delante de una isla mediterránea idílica. Lo original y genial de Peter Doig es que si ves el cuadro descubres apuntes de cuadros de la historia del arte, con trazos impresionistas junto a una atmósfera surrealista… pero la propia imagen es el interior del disco «An Anthology» de Duane Allman, un guitarrista rock de los años 70 que murió en accidente de trafico a los 24 años . No por casualidad Peter Doig es el pintor vivo mas cotizado actualmente en el mercado del arte y este uno de sus cuadros mas famosos.

«Personajes y pájaros en la noche» (1974) de Joan Miró

Y de esto va esta sala «La edad dorada», de una nostalgia sobre la época en la que el hombre era mas libre, mas en armonía con la naturaleza pero también de la nostalgia de volver a las utopías pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Lo resume muy bien un cuadro de Miro de gran tamaño que llena de pájaros la sala  titulado «Personajes y pájaros en la noche». Cuadro «naturalista» de sus últimos años, que repite sus esquemas visuales que tan bien funcionaron antaño. Lo muestra muy bien el vídeo  «el eco» de Su-Mei Tse en la que la artista el borde de un precioso acantilado toca su chelo mientras el eco de la naturaleza le devuelve el sonido en perfecta armonia y sosiego.

El «Rebaño de ovejas» de F. Lalanne mira la «Maqueta del Monumento a la 3º Internacional» de V. Tatlin

Y al fondo, en lo que parece el final, la «Maqueta del Monumento a la Tercera internacional» de Vladimir Tatlin. Un enorme proyecto que nunca se llego a realizar, un edificio gigantesco de 400 metros de altura con una estructura central que giraba y que iba a ser la gloria de la arquitectura soviética. Una especie de torre de babel donde el movimiento helicoidal simboliza los ideales de la revolución… A sus pies un montón de borregos, unos con cabeza y otros no, que miran para todas partes, esperando que alguien les diga lo que hay que hacer… ¿Es el final de la exposición o es el principio? Como he dicho desde el principio esto no es solo una sucesión de obras de arte, es una propuesta, es una reflexión. Las utopías que van y vuelven, como el eco de la música de Su-Mei Tse.

La he visto ya tres veces, pero cuando la he disfrutado de verdad ha sido en las visitas guiadas con mediadores del museo que son gratuitas pagando la entrada. La he visto en visita en familia (para niños) que fue interesante y divertida sin cargar mucho las tintas en las ideologías pero sin renunciar a que reflexionen y piensen sobre el mundo y los estilos de vida. Y la he visto para adultos con un dinamismo al estilo del MOMA de N. York, dejando que el público participe y reconducido la explicación,  que me ha sorprendido por su buen nivel (contando que no hace ni un mes que se ha abierto una exposición tan intensa y compleja como esta). Desde aquí un aplauso al equipo de mediadores culturales y al propio Centre Pompidou porque con esta exposición se están luciendo ellos y se lucirá nuestra querida ciudad de Málaga.

«Visita en Familia» por mediador del Centre Pompidou de Málaga

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *