El Jardín Botánico-Histórico la Concepción de Málaga es para mi un lugar muy especial por muchos motivos. Uno de los más importantes es que fue en ese paraíso donde empecé mi trayectoria cómo divulgador cultural de la ciudad de Málaga.
Todo empezó a raíz de mi pertenencia a la Asociación de Amigos de la Concepción. Con ellos comencé a realizar visitas guiadas para instituciones y asociaciones sin ánimo de lucro, que nos pedían este servicio a los «amigos» de la Concepción. Visitas guiadas que prestamos de forma gratuita algunos socios y que cada uno preparaba a su modo y manera, buscando información de aquí y de allá. Esto me dio una oportunidad única de aprender historia y botánica, pues nunca se aprende tanto como cuando tienes que explicarlo… o cuando tienes que escribirlo en un libro.
Como nunca he podido evitar ser un poco romántico (y muy peliculero), mi personal visión y forma de explicar el jardín pronto se popularizó entre familiares y amigos. Raro era el fin de semana que no andaba hablando de Amalia Heredia, la Palmera real cubana y los doce trabajos de Hércules. Descubrí que me era fácil enamorar a las personas que venían conmigo de este monumento que es patrimonio natural de nuestro país (ahora se dice BIC). Se ama lo que se conoce, y lo que se ama se conserva.
Esa es una de las razones fundamentales por las que soy divulgador cultural de la ciudad de Málaga, porque difundir y divulgar nuestro patrimonio es una de las mejores maneras de sostenerlo y conservarlo. Eso sí, todo el mundo que viene conmigo paga religiosamente su entrada a La Concepción, para mi es crucial ayudar al mantenimiento y la sostenibilidad de nuestro patrimonio también económicamente.
Tras varios años ampliando y perfeccionando esta visita botánica-romántica para instituciones, familiares y amigos, surgió la necesidad de preparar a más voluntarios en esta labor. Así que junto con la inestimable ayuda técnica de dos buenos amigos (y botánicos), Patricia Silva y Manu Sánchez, nos planteamos un taller para preparar a otros socios en la bella labor de ser un divulgador cultural de este maravilloso jardín de los cien verdes.
Un taller en el que comencé haciendo apuntes, para que los socios-voluntarios no tuvieran que tomar apuntes en el taller, y pudieran aprovechar lo que durante años yo había recopilado en torno a La Concepción. Y cuando llevaba 100 folios, mi amiga Patricia Silva, mucho más espabilada que yo para las cosas importantes, me sugirió que convirtiera los apuntes en un libro : «Si no lo haces tú, alguien lo hará por ti… y con ánimo de lucro» fueron sus palabras. Y le hice caso.
Así nació en 2012 la «Guía de visita al Jardín Botánico-Histórico de la Concepción», una de mis acciones divulgativas de la que me siento más orgulloso. Sobre todo porque no lo hice solo… Me preocupaba que al ser un «chico de ciencias de toda la vida» mi lenguaje fuera más técnico y enrevesado de lo deseable. Así que pedí a hija Palma Sánchez, que entonces tenía 12 años y también hacía de voluntaria de los amigos en mis visitas, que me corrigiera el texto retirando o añadiendo lo que quisiera. El objetivo era, como siempre en divulgación cultural, que fuera fácil de leer y entender al nivel incluso de una preadolescente. Y sus correcciones fueron tantas y tan buenas, que considero que Palma es coautora del libro y así aparece en la portada (y en el Copyright).
El éxito fue inmediato. Pero no fue solo porque el resultado era interesante y atractivo (como a mi me gusta pensar obviamente), sino también porque en ese momento hacía más de quince años que no se publicaba ninguna Guía de la Concepción. Ni siquiera había audioguías por lo que el conocimiento global del jardín y su forma de visitarlo no estaba al alcance d e los visitantes habituales ni de los esporádicos o turistas. Y eso que en ese momento había un nutrido equipo de biólogas en el jardín…
Así que tal como la puse a la venta en la tienda del jardín me la quitaron de las manos. Y menos mal, porque como para mí era un proyecto con mi hija, decidí auto-publicarla con el consiguiente riesgo económico. Para ponerlo a un precio razonable tenía que imprimir (y pagar por adelantado) al menos 500 ejemplares. Que no se entere mi asesor fiscal (ni mi mujer) pero de esa primera tirada regalé casi un centenar de ejemplares. Incluido un ejemplar al Alcalde de Málaga que debo decir la acogió con mucho interés.
No pasa nada, nunca fue un proyecto económico.
En 2018 se publicó una «Guía Oficial de La Concepción» y comenzaron también las audio guías en este hermoso monumento (¡por fin!). Estos dos recursos oficiales cubrieron el espacio que mi hija y yo habíamos ocupado involuntariamente durante seis años con nuestra guía. Una guía que había empezado como apuntes de un taller, pero cuando no hay pan, buenas son las tortas. Dejamos entonces de actualizarla y tras vender los últimos ejemplares la descatalogamos.
Todavía hoy algunas personas me preguntan si quedan ejemplares para vender, a pesar de que existe una guía oficial. Seguramente por ese aire romántico (y algo peliculero) que tienen mis explicaciones y que son parte de mi sello personal a la hora de divulgar. Pero La Concepción ha cambiado en estos años, hay zonas nuevas, zonas antiguas remodeladas, algunos ejemplares históricos han muerto, etc por lo que ya no está actualizada.
Por todo esto, mi hija y yo hemos decidido poner nuestra «Guía de visita del jardín Botánico-Histórico de la Concepción» a disposición de todo el mundo de forma gratuita. Todo el que quiera tener una edición de esta guía (revisada pero no actualizada), solo tiene que pinchar en la portada del libro que ves abajo y se la podrá descargar de forma gratuita en pdf.
La idea siempre fue difundir y divulgar, nunca fue un proyecto económico, fue un hermoso proyecto que hice con una de mis hijas. Para mi ese es el valor que tiene, así que no tiene precio.