Este años 2023 esta a nivel museístico marcado claramente por el 50 aniversario de la muerte de Picasso. En medio mundo, Europa muy especialmente, se suceden las exposiciones en torno al maestro malagueño, las conferencias y seminarios. Y si hablamos de Málaga la ciudad parece un parque temático. A la hora de escribir estas líneas hay cinco exposiciones temporales dedicadas a Picasso además de las dos permanentes de la ciudad (Casa Natal y Museo Picasso Málaga). Pero en mitad de esta fiebre de la camiseta de rayas azul y blanca el Museo Carmen Thyssen de Málaga ha apostado por mantener su discurso museística inaugurando una exposición dedicada… al barroco. Y aunque a priori puede parecer un error de planificación, debo decir que ahora mismo es la exposición que mas esta destacando en la ciudad y de la que mas se esta hablando en los circulos culturetas e incluso las redes sociales. Y no solo porque se ha salido del guion del 2023 sino porque es una exposición absolutamente deliciosa, con un discurso muy bien elaborado y con un numero de obras destacadas realmente excelente.

«Fieramente humanos. Retratos de santidad barroca» es una exposición que muestra el interés que tuvo el arte barroco por dar cumplimiento al interés del Concilio de Trento en mostrar a los santos como humanos de carne y hueso. En pleno auge del luteranismo, la Iglesia católica aposto porque los santos aparecieran como ejemplos a seguir no demasiado divinos sino humanamente accesibles. Y en esta línea se colocaron artistas como Murillo, Velázquez, Ribera, Alonso Cano, Lucas Giordano o «nuestro» Pedro de Mena por decir algunos de los artistas cuyas obras conforman esta exposición. Y cuando se dice humano no solo es que la barbas estén mal peinadas o la piel tenga arrugas, si no también las uñas sucias, defectos en la piel y hasta un santo con moreno albañil de esos de los que andaba todo el tiempo por el campo con los pajaritos y las flores. Humanos muy humanos, no os imagináis cuanto.

«San Pedro de Alcántara» de Pedro de Mena

La mayor parte de las obras vienen del Museo de Bellas Artes de Valencia, cuyo director Pablo González Tornel, es además el comisario de la misma (aunque también hay obras del Museo del Prado, del bellas artes de Sevilla o del Museo Diocesano de Málaga). Tornel ha planteado una división en dos secciones muy bien definidas . santos por un lado y mártires y penitentes por otro. que puede parecer lo mismo pues muchos santos fueron martirizados hasta morir. Pero la división realmente estriba en unas primera obras donde se destaca la santidad de un prócer de la iglesia y una segunda sección donde el martirio esta presente de una forma mas o menos explicita. Una división que hace de su sencillez virtud pues en una primera parte te derrites con al belleza de la imagen, del momento reflexivo y la inspiración y una segunda parte donde las emociones estallan. En una exposición divina nunca mejor dicho.

Destacaré algunas de las obras que mas me han gustado de la exposición pero ya adelanto que no hay obras de «relleno» como es habitual sino que han acompañado un discurso muy bien elaborado con verdaderas joyas sin dejar un hueco donde descansar de belleza. Pura ideología barroca diría yo.

«San Pablo ermitaño» de José de Ribera y «San Francisco abrazando al crucificado» de Ribalta

Para empezar hay un «San Pedro en lagrimas de Murillo» cuyo rostro afligido y manos unidas parecen mas una fotografía que una pintura. El color que conseguía Murillo en las telas sigue brillando y admirándome hoy en día. No muy lejos un «San Jerónimo escriturario» de José Ribera, uno de mis pintores favoritos de todos lo tiempos. La forma en la que trabaja la piel de un hombre anciano este artista esta muy por encima de la media de artistas de la época. La mirada perdida, el pelo alborotado y la sensación de estar alcanzado la santidad con la mugre de tres días en los codos es sublime. Muy cerca una de esas obras de Pedro de Mena, de pequeño tamaño y gran calidad, un «San Pedro de Alcántara». Me sigue asombrando y mucho como Mena es capaz de simular con la madera la tela de saco de la ropa de los frailes. Me parece una fantasía las diferentes rtexturas y colores que consigue para hacer un habito que supuestamente esta hehco de trozos cosidos de diferentes telas. No se como conseguia esa calidad pero ves a probreza del santo al mismo tiempo que la beleza de su santida .

Y no puedo terminar el breve repaso de esta sección de santos sin mencionar un San Francisco de Borja de Martínez Montañez con policromía de Pacheco. Cualquiera que sabe de barroco ya sabe de lo que estoy hablando y el resto solo tienes que ir al Carmen Thyssen y descubrir porque el barroco andaluz esta considerado una de las escuelas barrocas mas importantes de Europa. Y para ir terminando esta primera sección tenemos un Velázquez, «Simón rojas en el lecho de muerte» que no siendo de su obras mas potentes no deja de tener la pincelada rápida, firme y maestra del sevillano. Solo necesitáis ver como ha hecho la cruz del pecho en las manos del santo para ver como se pinta un crucifijo con tres trazos y medio… si los mismos los da Velázquez claro.

Sección de Mártires y Penitentes

En la segunda sección, ala de los mártires, destacare de nuevo dos escultura de Pedro de Mena. Juntas andan un «Ecce homo» y una «Dolorosa» hace que se te vaya los sentidos pero ya las emociones y el dolor te asaltan a la cara. El cristo con la púa clavada en la ceja y un puñetazo en la mejilla izquierda te duele nada mas verlo. Y la Dolorosa, ligeramente girada hacia el Cristo, mirándolo y llorando en una forma de exponer el arte maravillosa con detalles como este que el Carmen Thyssen de Málaga siempre cuida y sorprende.

Y no es lo único maravilloso, acercaros a mirar a la Magdalena a los pies del «Cristo» de Ribalta. O déjate convencer con la fidelidad de la cara de «San Francisco abrazando al crucificado» que está a punto de ponerle la corona de espinas al santo, también de Ribalta. No hay cuadro que no tenga detalles, luces, caras, o momentos emotivos, y genialmente representados. Pero hablo de mártires muy humanos y en este sentido me quedo con un «San Pablo ermitaño» de José de Ribera donde de nuevo vemos como pinta la piel de un anciano, la expresión de la cara de un santo y las uñas sucias de un ermitaño, en un contraste lleno de realidad pero también de belleza barroca. Y me place terminar el repaso de esta segunda sección con un «San Jerónimo» de Murillo que esta ya al final de la misma donde las manos y cara del santo están morenos y el torso muy blanco, es decir un moreno albañil que a nadie se le ocurriría pintar si no eres Murillo y quieres que las personas trabajadoras del campo se sientan identificados con el santo y mártir.

«San Jerónimo» de Murillo

Terminare diciendo que el comisario ha querido hacer un guiño a la forma de representar los santos y mártires en la modernidad aportando junto a esto casi cuarenta obras barrocas tres obras de modernidad y vanguardia. Me ha gustado mucho la Santa Teresa del equipo crónica, llena de lazos rosas y una cara muy parecida diría yo a un general que nos gobernó hace muchos años, cuando se pinto este cuadro, y que era fan de la santa. Todos sabemos que el Equipo Crónica eran muy ácidos en su critica pero no se si se atrevieron de verdad a mostrar lo que yo creo ver… ni creo que lo hayan escrito así en el catalogo.

La exposición esta hasta febrero de 2024, pero es de las que hay que ir a ver mas de una vez sin lugar a dudas. Un acierto por parte del Museo Carmen Thyssen que esta destacando en este año… sin hablar de Picasso.

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