Me sigo sorprendiendo cada día con las ideas tan originales (al menos para mi) que manejan algunos museos de nuestra ciudad, pasión y objeto de este blog. Y es el Museo de Patrimonio Municipal de Málaga uno de los que suelen tirar de imaginación y buen hacer para poner en valor, como se dice ahora, el arte de nuestra ciudad. Pero lo de la nueva exposición, «El jardín secreto» se lleva la palma, porque han tocado puerta a puerta de los coleccionistas privados malagueños de arte contemporáneo, pidiendo que les dejen sus mejores tesoros y poder exponerlos en la Sala de la Coracha. ¡Sus mejores tesoros! Y han convencido a cincuenta coleccionistas (nada más y nada menos), consiguiendo reunir más de 300 obras de arte. No es un jardín secreto, es todo un bosque del mejor arte coleccionado en Málaga montado en la Sala de La Coracha. Sala está contigua al MUPAM que ofrece con «El jardín secreto» su última exposición a cargo de este museo, pues en pocos meses pasará a pertenecer a otro museo municipal, el CAC. (Aunque me han chivado que se está preparado alguna exposición más «de transito»).
«El jardín secreto» son 330 obras ocultas para el público general, que algún día estuvieron en una galería o un pequeño catálogo, pero una vez comprada por el coleccionista queda solo para sus ojos o el de sus amigos. Han buscado solo coleccionistas malagueños haciendo un puente entre el arte realizado en Málaga y lo que le gusta a los que coleccionan en nuestra ciudad. El resultado es que exceptuando algunas obras internacionales, la gran mayoría abrumadora de obras son de artistas locales o de cercanía. Eso si, entre esas «pocas obras internacionales» hay litografías de Matisse y Kandinsky por poner un ejemplo del nivel de la exposición… y del nivel de los coleccionistas malagueños.
Para conseguir ademas esa sensación de haber traído colecciones privadas que solo algunos locos por el arte tienen en sus casas… han montado sus casas en la exposición. Si, no me estoy volviendo loco yo también, lo estáis viendo en las fotos de este post. Han montado en concreto 3 espacios de algunos coleccionistas (que han cedido un buen número de obras) reproduciendo el lugar donde esos coleccionistas tiene expuestas sus obras (y un par de espacios más pequeños). Junto a varias paredes rebosante de obras que muchos coleccionistas diferentes han aportado y están expuestas casi por temáticas.
Sorprende mucho entrar y encontrarte una cama con sus mesitas de noche, sus lamparistas, su colcha… y la pared llena de obras de arte increíbles. Se trata del «Dormitorio de invitados» de Casa Sostoa, la casa del coleccionista y crítico de arte Pedro Alarcón que además funciona como un espacio de arte. O mejor dicho como un laboratorio de arte con formas diferentes de exponer y disfrutar del arte, presentando en esta exposición obras de Fernando Bayona, Verónica Ruth o Juanjo Fuentes. Pero debo confesar que muchos de los autores que expone me los he apuntado porque no los conozco… aunque estoy seguro que son los artistas de los que hablaré en este blog sin descanso dentro de 10 años.
Antes de que se me olvide aconsejo pararse en el vídeo de la segunda planta porque están las casa de verdad ante de que las «desvalijaran» para esta exposición. En ella se ve el salón de Diego Santos con sus paredes pintadas de azulón con sus máscaras africanas, sus litografías de Matisse y Kandinsky o la tela de araña de Louise Bourgeois. Todo junto a algunas obras emblemáticas de este artista-coleccionista que con sus musas reinterpreta las vanguardias de forma genial. Pues todo está en la exposición, incluso un sillón rojo relax y por supuesto el azulón de las paredes. Espectacular.
Pero estoy contando por ahora las instalaciones especiales de obras en forma de casa del coleccionista. Pero de muchos coleccionistas solo han traído 2 o 3 obras y las más pequeñas las han puesto en la planta baja todas en una pared en plan «vamos a intentar que te desmayes». No se cuantas hay juntas porque cada vez que las intento contar me desmayo… no en serio es una pasada. Ver juntas obras de José Luis Puche, Tecla Lumbreras, Javier Hirschfeld, Javier Calleja, Emmanuel Lafont, Cristina Savage, David Escalona, Juanjo Fuentes, Charo Carrera, Santiago Ydañez… esperad que estoy parando a respirar. Y esto en la planta primera donde están las obras más pequeñas. Pero es que en la segunda planta hay otra pared «abrumadora» de obras de gran formato firmadas por artistas como Rafa Mir, Chema Cobo, Leo Peralta, Jose Medina Galeote, Ellen Kooi, Mona Guerra, Rafael Alvarado… Quien quiera conocer de verdad todos los artistas con importancia y relevancia de Málaga del momento actual tiene que llevarse una libreta a esta exposición y apuntar nombres. Están todos, sin excepción.
También hay un guiño en esa segunda planta artistas míticos que no faltan en las casas de los coleccionistas más veteranos. Para estos el MUPAM ha montado un salón al estilo más «clásico» con increíbles obras abstractas y expresionistas de Enrique Brinkmann, Dámaso Ruano o Francisco peinado. Son palabras mayores lo sé. Pero es lo que hay y aun no he terminado, porque en la tercera planta además de las obras de formato más gigantesco está el salón de Juanjo Fuentes. Y esto es literal porque se han traído su sofá, la mesita, el aparador y hasta han reproducido el suelo con un vinilo… además de su fantástica colección. Juanjo Fuentes además de coleccionista es artista y de los buenos, aunque yo cada vez que lo veo busco sus abrazos porque es una de las personas más optimistas, alegres y positivas que conozco. Un gran artista con un gusto exquisito. Reservar un rato para ver las obras de su colección, muchas fruto de intercambio de sus propias obras como han hecho muchos grandes artistas en la historia. Parad para buscar (y disfrutar) las obras de Abraham Lacalle, Paco Aguilar, Mitsuo Miura, Eryc Pal, Pilar Albarracin, Sara Sarabia, Eugenio Rivas (el suelo es diseño de este artista), Javier Baldeon, Rafael Alvarado… por poner las que más me han gustado. Y por supuesto las propias obras de Juanjo Fuentes, unas miniaturas sorprendentes e irreverentes colocadas sobre la mesa, el aparador o bajo la lámpara.
Esta exposición está pasando algo desapercibida por el público general de Málaga. Pero tengo claro que además de que estamos viendo obras que posiblemente nunca más se vuelvan a ver en público, todo el que quiera saber quienes son los artistas emergentes de ahora y del futuro más próximo en nuestra ciudad tiene que mirar que están comprando los coleccionistas privados de nuestra ciudad. Y esta exposición va de eso, del hoy y del mañana del arte contemporáneo malagueño. Y es extraordinaria.