Debo reconocer que la primera vez que vi la exposición «Mr. Günter. The cat show» del malagueño Javier Callejas en Fundación Unicaja, me descolocó completamente (y no es fácil a estas alturas). Por un lado las salas estaban llenas de visitantes a todas horas, familias con niños que parecían estar disfrutando mucho dentro del museo y adolescentes haciendo fotos a todo lo que veían para subirlo a Instagram. Situaciones todas ellas muy poco habitúelas en un museo, desgraciadamente.
Pero al mismo tiempo no encontraba el profundo y filosófico sentido de las obras al que me tiene acostumbrado el «muy conceptual» arte contemporáneo de los artistas que, como Javier Callejas, están actualmente creando arte. Todas las obras me parecían «superficiales y simples», aunque reconozco que salí de la exposición habiendo disfrutado mucho y con una sonrisa en mi rostro como casi todo el mundo. Algo no cuadraba.
Había leído que es uno de los artistas malagueños mas importantes a nivel mundial, con exposiciones en Europa, Asia y Canadá. Pero no entendía muy bien el porqué de su éxito tras ver la exposición, que tenia de especial su arte o porque llena un museo con gente joven. Y cuando pregunte a expertos de arte con los que suelo hablar, e incluso a algunos buenos artista de la ciudad, la critica aparecía rápidamente: «Callejas esta sobrevalorado, solo hace dibujitos». Algo seguía sin cuadrar, porque un artista vivo que llena museos (incluso en su ciudad), no se le puede despachar con un «esta sobrevalorado». Era evidente que algo no estaba entendiendo y me lo estaba perdiendo por lo que decid estudiarlo un poco mas a fondo.
Y lo he conseguido, he conseguido entender porque triunfa, porque me ha parecido todo tan poco «profundo» y al mismo tiempo me ha gustado tanto. Además he tenido la suerte, en este empeño de descubrirlo, de comenzar a disfrutar de su arte, que es el arte de las próximas generaciones. Y no lo he conseguido solo, porque en ninguno de mis libros de arte esta lo que hace Javier Callejas, me lo han explicado mis hijas que andan entra la juventud y la adolescencia, que si que piensan que lo que hace Callejas es arte. Un arte de tanta calidad como el mas «intenso» arte conceptual del siglo XX… y esta frase la he escrito muy consciente de lo que digo, ya que el arte de Javier Callejas no es arte del siglo XX, es arte del siglo XXI. Y voy a intentar explicarlo para que el que me quiera leer empiece también a disfrutarlo.
Permitidme primero un poco de biografía sobre el artista que cuadra muy bien con lo que es su obra. Javier Callejas es un malagueño que desde pequeño ha llenado cuadernos con dibujos sin descanso. Dibujos de los que había en su mundo, desde los Mortadelo y Filemón de Ibáñez a los dibujos animados que veía en la tele. Eso de los dibujos en la adolescencia parecía un hobby porque estudió magisterio en la rama de educación física ya que el deporte también era parte importante de su vida. Pero como seguía rellenado cuadernos y cuadernos, no tuvo elección (como dice en una de su obras) y se fue a estudiar bellas artes a Granada tras terminar magisterio. Y siguió dibujando personajes divertidos y animados, los de su mundo, bastante diferente a lo que otros artistas del entorno hacían siguiendo las corrientes de fin de siglo.
Y entonces ocurrió. En 2017, cuando la cuenta oficial de Instagram (la de la propia aplicación) tenia 55 millones de seguidores, la empresa se fijó en uno de sus dibujos, fresco, moderno y colorido. Y lo uso como perfil dicha cuenta. Un gran salto porque no hay nada más moderno que Instagram ni nadie que sepa mas de tendencias del mundo actual que Instagram. Y Javier Calleja lo petó. Una importante cadena de galerías de arte asiática (Aisho Nanzuka) le propuso entonces hacer una exposición, que Callejas preparo concienzudamente, dando incluso un giro a sus obras y haciendo evolucionar sus personajes hacia un estilo más cercano al manga y al videojuego. Arte que entienden y disfruta los jóvenes actuales. Arte estilo kawaii y estilo chibi, que los culturetas como yo acostumbrados a los museos dé arte contemporáneo «clásicos», no tenemos en nuestros libros y que nos suena a chino (nunca mejor dicho). Un arte que ha conseguido que Callejas sea el único artista malagueño vivo que ha conseguido que una de sus obras supere el millón de euros en una subasta. Cada época tiene tiene su arte y este es el arte del siglo XXI.
El arte kawaii esta muy cerca del antiguo arte pop. Un arte colorido, dulce y desenfadado en un mundo con demasiados problemas y caras largas. De hecho la mejor traducción de kawai es «lindo», «cuqui» o «pasteloso» pero sin las connotaciones negativas que suelen tener estos términos en castellano. Un estilo donde se representa el mundo de forma sencilla (que no simple), apenas sombras o detalles de volumen, con ojos grandes en los rostros de personas y animales, colores intensos, poco mezclados y mensajes generalmente positivo. Eso es el arte kawaii.
Cercano a este estilo esta el arte chibi, en el que los personajes dibujados tiene la cabeza mas grande que el cuerpo, en una desproporción que no intenta ridiculizar, sino dar importancia al rostro y personalidad del personaje en cuestión. Y los personajes de Callejas andan entre ambos mundos, entre el kawaii y el chibi con imágenes que levantan nuestros recuerdos mas tiernos, llenos de personajes que cuando menos, nos sacan una sonrisa. Dos estilos muy cercanos en los que no hay personas o animales como tal sino «personajes» muy cercanos al comic o al videojuego.
Mi generación visita el Museo Reina Sofia y ve cine de autor, las nuevas generaciones leen mangas y recorren los escenarios de los videojuegos. ¿Por qué es mejor una cosa que otra? Decían los secesionistas de Viena, todo jóvenes modernos de final del siglo XIX, que «cada tiempo tiene su arte y cada arte su libertad». De ellos, los artistas mas mayores decían que estaban sobrevalorados… justo lo mismo que decimos ahora de los artistas como Javier Callejas. A mi también me cuesta, debo reconocerlo, pero lo estoy intentando. Y en el camino estoy disfrutado un montón porque debo decir que el arte de Javier Callejas me ha seducido de una forma muy especial.
Y tras esta larga, aunque necesaria introducción, paso a contar la exposición y las claves para disfrutar de la obra de Javier Callejas. Pero lo haré en un segundo post para que no se haga muy pesado y además para separar mi análisis general de lo ocurrido con esta exposición, del detalle de la exposición en si. Exposición que desde ya recomiendo que nadie se pierda. Yo ya he ido a verla cuatro veces y cuanto mas la veo más me gusta…
Nota para frikis que quieran saber más: Se considera que el creador o al menos el precursor mas potente del arte kawaii es el japones Takashi Murakami, creador de una corriente propia llamada Superflast. Un artista que, como ya hicieron otros antes de el, ha roto la frontera entra la mal llamada baja y alta cultura.